Entre el instructivo de cómo subir una escalera: Micro Drabble de Cronopios y Famas - Julio Cortázar

Nunca fue fácil ser un cronopio


│ La última imagen que tengo grabada del libro de Historias de cronopios y famas fue cuando me encontraba en la ciudad de Quito. Al fondo de la plaza Chica sonaba una canción folclórica de los andes; algunos colegiales tomaban el sol y un niño agitaba su paleta con apremio mientras su madre, sin mucha determinación, se decidía por elegir una planta en un huerto orgánico de exhibición. 

Los rayos del sol apuntaban en perpendicular sobre los bancos de madera que, en su cotidiana estancia, reflejaban las sombras de los árboles. El trolebús parecía una cinta lenta y alargada moviéndose por el andén mientras que las personas se arrinconaban en la entrada de este para comprar su pasaje. La suspensión se dio en la página 26, exactamente en Instrucciones para subir una escalera. 

Uno interrumpe casi siempre su lectura, por algunas variantes que se gestan en la articulación de cómo percibimos el lenguaje, para mi la sensación de acontecer algo nuevo se vertía por mi cuerpo en medio de esa cotidianidad. Pensé que para subir una escalera se tiene dos formas de hacerlo, la primera desde la premura. Esta frecuencia de agitación resulta inconsistente, pues al estar compuesta por factores externos (mandatos y entregas en corto tiempo derivadas por la mentalidad) su acción se da automatizada. Subir una escalera puede ser un acto mecánico. 

La otra parte se da desde el cuerpo relentizado en la tensión de músculos, sensaciones consistentes, cansancio, etc. La pausa de mirar como uno sube una escalera es determinante. Cortázar empieza lanzando un enunciado descriptivo, "Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la siguiente se coloca paralela en el plano..." La forma geométrica del cuerpo en movimiento nos da una clara idea del tránsito corpóreo que luego se repite y se repite. Las intenciones de un instructivo se pautan sobre una serie de reglas a seguir, estas pueden ser cambiadas o "desnaturalizadas" y es esa contrariedad que provoca, en la medida que el lector interpela el instructivo, otras formas acontecer la acción. 

"La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgados sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver el peldaño inmediatamente superiores al que pisa, y respirando lenta y regularmente". El autor explica que lo que se debe hacer para subirlas es una actitud naturalizada, seguida por la repetición. Interrumpir el proceso es gestar un corte o cambio. Las cosas que se dan en forma discontinua, desnaturalizan algo que hemos adaptado como instructivo. Por lo que decidí escribir un Drabble de los cronopios y las famas en relación con esta serie de ideas.




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Cuando un cronopio se siente solo suele deambular por las calles. Observa sombras que no entiende y se asusta; aterrorizado se da cuenta que es el reflejo de los vidrios y el agua. Sacude las manos en pequeños espamos para comprobar si aún está allí, luego agita un poco más los pasos para no abrumarse, para sentir en medio de esa sensación algo de alvio. A veces, se queda en casa y mira la ventana por largo rato. Junta su boca en el vidrio y juega a ser vaho. Se sienta y se levanta para entender al silencio, para encontrar en el la respuesta de la espera. 

En cambio los Fama telefonean a otros famas urgentemente. Les cuentan sus miedos, sus diálogos íntimos mientras miran por la rendija de la puerta a los cronopios. Suelen perderse entre la música con mucha precautela. Al día siguiente reagendan sus reuniones, se peinan, se lavan y buscan alguien con quien poder hacer siempre el amor. 

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